La reanimación cardiopulmonar (RCP) es una técnica útil para salvar vidas en muchas emergencias, entre ellas, un ataque cardíaco o cuasiahogamiento, cuando se detienen la respiración o los latidos del corazón de una persona.
Antes de comenzar la reanimación cardiopulmonar (RCP), comprueba lo siguiente:
¿El ambiente es seguro para la persona?
¿La persona está consciente o inconsciente?
Si la persona parece inconsciente, tócale o golpéale el hombro y pregúntale en voz alta si se encuentra bien.
Si la persona no responde y hay dos personas más, pídele a una que llame al 911 o al número local de emergencias y obtenga el desfibrilador externo automático, si hay uno disponible, y pídele a la otra persona que comience la reanimación cardiopulmonar.
Si no hay nadie más y tienes acceso inmediato a un teléfono, llama al 911 o al número local de emergencias antes de comenzar la reanimación cardiopulmonar. Busca un desfibrilador externo automático, si hay uno disponible.
Tan pronto como tengas el desfibrilador, aplica una descarga si así lo indica el dispositivo y luego comienza la reanimación cardiopulmonar.
La American Heart Association (Asociación Estadounidense del Corazón) usa las letras C-A-B —compressions, airway, breathing (compresiones torácicas, vías respiratorias, respiración)— para ayudar a las personas a recordar el orden en el que deben seguir los pasos de la reanimación cardiopulmonar (RCP).
Compresiones torácicas: restablece la circulación sanguínea
Coloca a la persona boca arriba sobre una superficie firme.
Arrodíllate junto al cuello y los hombros de la persona.
Coloca la palma de una mano en el centro del pecho de la persona, entre los pezones. Coloca la otra mano sobre la anterior. Mantén los codos derechos y posiciona los hombros directamente arriba de las manos.
Usa el peso de la parte superior del cuerpo (no solo los brazos) para presionar (comprimir) el pecho con fuerza al menos 2 pulgadas (aproximadamente 5 cm), pero no más de 2,4 pulgadas (aproximadamente 6 cm). Presiona con firmeza a un ritmo de 100 a 120 compresiones por minuto.
Si no estás capacitado en reanimación cardiopulmonar, continúa haciendo las compresiones en el pecho hasta que notes signos de movimiento o hasta que el personal médico de urgencia tome el control. Si estás capacitado en reanimación cardiopulmonar, abre las vías respiratorias y proporciona respiración de rescate.
El atragantamiento es la obstrucción accidental de las vías respiratorias altas o medias, generalmente al fallar la deglución de alimentos, y que puede llegar a provocar la asfixia del sujeto afectado y en la mayoría de los casos, a la muerte si no se atiende con rapidez.
Si la obstrucción es leve anime a la víctima a que siga tosiendo y vigila a ver si expulsa el objeto o si empeora. Es importante no realizar ninguna maniobra, ya que podría empeorarlo. Si la tos va dejando de ser efectiva, pide de ayuda de inmediato y continua con el algoritmo.
SI LA OBSTRUCCIÓN ES GRAVE Y LA VÍCTIMA ESTÁ CONSCIENTE.
Si la obstrucción es grave, hay importantes variantes en el algoritmo y en la aplicación de la maniobra y haremos actuaciones diferentes dependiendo si se trata de un lactante o un niño o niña mayor de un año.
Si está consciente pero no tose, o si la tos es inefectiva, inicia una tanda de cinco golpes en la espalda a los que si es necesario se le añadirán cinco compresiones.
Las convulsiones son síntomas de un problema cerebral. Ocurren por la aparición súbita de una actividad eléctrica anormal en el cerebro. Cuando las personas piensan en convulsiones, suelen imaginarse el cuerpo de una persona que se sacude rápida y sin control. No todas las convulsiones provocan estas sacudidas. Existen muchos tipos de convulsiones y algunos tienen síntomas leves. Las convulsiones se dividen en dos grupos principales.
Al pensar en una convulsión, la mayoría de las personas se imagina una convulsión tonicoclónica generalizada, también llamada epilepsia mayor o gran mal. En este tipo de convulsión, es posible que la persona grite, se caiga, tiemble o tenga espasmos y no se dé cuenta de lo que sucede a su alrededor.
A continuación indicamos algunas cosas que usted puede hacer para ayudar a una persona que presente ese tipo de convulsión:
Con cuidado recueste a la persona en el piso.
Voltee a la persona suavemente hacia un lado. Esto la ayudará a respirar.
Retire del área alrededor de la persona los objetos duros o filosos para prevenir lesiones.
Ponga la cabeza de la persona sobre algo suave y plano, como una chaqueta doblada.
Si tiene anteojos, quíteselos.
Suéltele la corbata o cualquier cosa que tenga alrededor del cuello que pueda dificultar su respiración.
Tome el tiempo que dure la convulsión. Llame al 911 si la convulsión dura más de 5 minutos.
El desmayo (o síncope) es una pérdida temporal de la conciencia. Si se esta por desmayar, usted se sentirá mareado, con vértigo o con nauseas. Puede que vea "todo blanco" o "todo negro". Su piel puede sentirse fría y húmeda. Puede perder el control de sus músculos y caerse.
El desmayo suele ocurrir cuando la presión sanguínea baja de repente y causa que el flujo de la sangre al cerebro disminuya. Esto es más común en las personas mayores. Entre las causas del desmayo se incluyen:
Calor o deshidratación
Angustia
Ponerse de pie demasiado rápido
Algunas medicinas
Descenso del nivel de azúcar en la sangre
Problemas del corazón
Los testigos de un desmayo deben comprobar si la persona está respirando. Si el afectado no respira, los testigos deben llamar para solicitar asistencia médica urgente y comenzar la reanimación cardiorrespiratoria (CPR, por sus siglas en inglés ver Tratamiento de primeros auxilios), que incluye la aplicación de un desfibrilador externo automático (DEA, ver Desfibrilador externo automático: poner en marcha el corazón), si hay alguno disponible. Una vez que el sujeto llega al hospital, los médicos tratan la causa del desmayo con los fármacos o las medidas apropiadas, tales como la desfibrilación cardíaca para reiniciar el ritmo eléctrico del corazón o fármacos o cirugía para despejar las arterias obstruidas.